La elección depende de las circunstancias personales y financieras de cada persona, y de su aversión al riesgo. Debemos sopesarlo bien, pues el banco siempre nos ofrecerá la opción que más le conviene a él, si hay previsión de tipos bajos tratará de vendernos el fijo, donde tendrá más margen. El tipo variable ha llegado a estar en negativo, en función del diferencial de nuestra hipoteca, y entonces no pagaríamos intereses, siendo un problema de márgenes para los bancos.
¿Hipoteca fija o variable?
Sobre todo hay que negociar muy bien el diferencial, las condiciones del crédito: comisiones de estudio, amortización y comparar las distintas ofertas que las entidades bancarias nos ofrecen. Conviene pelear muy bien nuestro crédito que nos acompañará durante mucho tiempo.
La mayoría de hipotecas en España son con sistema de amortización francés (de 1800) o de cuota constante, las cuotas que pagas son idénticas durante toda la vida del préstamo si los tipos de interés no varían. Los intereses se pagan al principio y van disminuyendo a medida que amortizamos más capital, pero la cuota no varía.
Las hipotecas fijas suelen tener plazos más cortos e intereses más altos, por lo que la cuota también suele ser más cara que la de una hipoteca variable, motivo por el que nuestro sueldo tiene que ser mayor para poder asumir las mensualidades sin poner en riesgo nuestra economía. No tendremos ningún sobresalto y una vez formalizado no nos afectarán en nada los vaivenes de la economía. Es la opción para la gente que no quiere imprevistos.
Estas tienen intereses más bajos actualmente, ya que el índice de referencia que tienen la mayoría, el euríbor, está en negativo. En este caso el interés mensual depende de un índice de referencia externo y la cuota variará en cada revisión, es decir cada seis o doce meses normalmente. De este modo, lo que paguemos dependerá de las fluctuaciones de un índice sobre el que no tenemos ningún control y que podría provocar que nuestra hipoteca se encareciera mucho, como ya pasó durante la crisis y que provocó cuotas inasumibles. Normalmente de primeras las cuotas son más bajas, y en una situación de tipos bajos y sin previsión de subidas, suele ser buena opción, si los tipos suben podemos correr riesgos.
La decisión final es personal, pero siempre debemos tener en cuenta nuestros ingresos y la cuota que pagaremos, buscar un equilibrio entre la mensualidad y el plazo, y tener margen para cualquier subida o imprevisto, en caso de que la economía juegue en nuestra contra.
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